

Perfecto complemento del hombre.
Mujer y ciencia en España más allá de un arquetipo.
En el primer tercio del siglo XX el interés de las mujeres españolas por la ciencia fue creciendo al hilo de su posibilidad de acceder a las aulas universitarias en condiciones formales de igualdad, posibilidad que obtuvieron en 1910. A principios del siglo XX el interés que despertaban las ciencias entre las mujeres fue aumentando algo destacable teniendo en cuenta que contradice las ideas preconcebidas sobre la relación mujer y ciencia. A pesar de todo, solo las mujeres pertenecientes a las élites intelectuales o a familias acomodadas pudieron hacerlo. Algunas incluso pudieron desarrollar su trabajo en sociedades científicas, la universidad y los diversos institutos de ciencia estatales y extranjeros en los que, solo unas pocas privilegiadas, realizaron estancias de investigación.
María Teresa Salazar Bermúdez junto a sus compañeras en el Laboratorio Foster de la Residencia de Señoritas. Archivo de la Residencia de Estudiantes
La construcción de otra mirada
Hasta hace relativamente poco, la experiencia de las mujeres en la historia en general no se había considerado importante. Solían destacarse aquellas que habían irrumpido en ámbitos históricamente masculinos por diversas razones, obviando a otras que, aunque en su momento fueron distinguidas y de sobra conocidas, la historia se ha encargado de olvidar. La perspectiva de género pretende recuperar a esas figuras que contribuyeron a la historia de la ciencia, redescubrirlas y reescribir sus historias. Recuperar sus logros en un ámbito históricamente masculino, su participación en instituciones científicas como grupo y su papel dentro de la construcción de la ciencia moderna.