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“Del 36 al 39 estuvimos en una embajada, mis padres y yo. Allí conocí a un marino, que se llamaba Otero Navascués, que también estaba refugiado… en cada piso vivíamos 80 o 90 personas, todos durmiendo en el suelo (…) Y cuando acabó la guerra Otero me buscó y me dijo que si quería irme a trabajar con él (…) A partir de entonces estuve contratada por la marina, todo el tiempo trabajé con la marina, hasta que me jubilé”
Entrevista con la Dra. Piedad de la Cierva y la Sra. Carmen González Farinós
realizada por Néstor Herran (CEHIC, UAB) en Madrid el 8 de noviembre de 2004.

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